Semana 14/2

 Para esta segunda semana de prácticas tuvimos que elegir una hora concreta en la que desarrollar nuestra actividad como docentes. En mi caso elegí un aula de quinto de primaria, de nuevo apelando en cierto modo a mi predilección por los niveles superiores. Un ambiente propicio para poder desarrollarme, pues en cierto modo resultaba desafiante, especialmente de cara a un docente en formación. Esto es así ya que el aula engloba un contexto en el que se presentaban dos tipos radicalmente opuestos de alumnos, por un lado encontramos alumnos con altas capacidades trabajo, y por otro alumnos con muchísimas dificultades a nivel académico, y entornos familiares desestructurados o que de alguna forma estaban en cierto modo perjudicando el desarrollo de los alumnos, con todos los alumnos que se encuentran en los puntos medios de estos dos extremos. Pues las preparaciones en el aula debían prácticamente dividirse en dos bloques, pues existía un grupo de la clase que iba a desarrollar las actividades muy poco tiempo y de una forma muy eficaz, mientras que otro grupo iba necesitar de mucho más tiempo y mucha más atención para poder desarrollar la actividad de forma satisfactoria. Solo existían dentro del aula dos alumnos con PTIs trabajar de una forma distinta al resto de sus compañeros, mientras que para los demás tenían que desarrollarse actividades metodológicas concretas para la sesión, que no influyan en el temario y los contenidos de cara al nivel del aula. Así mismo, existen alumnos con situaciones concretas que me interesaba poder observar dentro del aula y ver cómo se gestionaban por parte de los docentes y la escuela, tal es el caso concreto de un alumno transexual. Me interesaba ver cómo se integraba esta nueva realidad dentro de la escuela, pues al tratarse de una situación relativamente novedosa, no estaba seguro de si los docentes estarían capacitados como para manejar estos temas y tratarlos dentro del aula, así como los alumnos para entenderlo y jugarlo con normalidad. Sin embargo mi sorpresa fue que este tema en general estaba muy bien trabajado dentro del aula, los alumnos entendían la situación de su compañera, y la trataban con la identidad sexual que realmente le corresponde. No aprecié falta de respeto comentarios peyorativos o algún tipo de comportamiento discriminatorio en este sentido, bien es cierto que existen alumnos que estaban más cómodos y con una mentalidad mucho más abierta y positiva de cara a estos asuntos que otros. Pero su maestra dejó muy claro que no se tolerarían faltas de respeto de esta índole dentro del aula, y menos aún dirigidas hacia una compañera suya. Así pues era una situación de absoluta normalidad, y me alegro mucho comprobar que realmente la sociedad se ha avanzado como para permitir que las escuelas los alumnos que presenten este tipo de realidades pueden convivir y tener un tiempo positivo por estas cuestiones. 

Así pues, la entrada Laura consistía en una presentación breve por parte de la tutora a los alumnos sobre quién era yo y que iba a hacer con ellos dentro del aula, en un primer momento nos presentamos, comenzando un periodo de observación e integración al aula en el que paulatinamente iba tomando un rol más participativo dentro de la misma. De esta forma podía conseguir ganar confianza tanto yo como los alumnos, durante este periodo de observación me di cuenta de que por mucho que las explicaciones y las intervenciones metodológicas y adaptarse en para los alumnos con mayores dificultades, el docente no tenía la capacidad de prestarles la atención necesaria para que pudiesen llevar a cabo estás actividades de forma eficaz, evidentemente al gran número de alumnos que también precisaban de su atención. De tal forma que en muchas ocasiones estos alumnos se quedaban rezagados y tenían problemas para continuar con el temario. Asimismo, las salidas con los profesores especialistas, no les favorecían en tanto que perdían el ritmo natural de la clase, y les distinguía del resto por ser "los niños que se iban con el profesor de apoyo". No es que esto fuese un problema de gran envergadura, pero sí que añadía una dificultad extra a la integración de estos alumnos dentro del aula. Así pues me propuse buscar una manera de poder destinar estos alumnos una atención más personalizada. 

Por otro lado, a medida que avanzo la semana empecé a trabajar con un alumno en concreto, ya que además de presentar muchísimas dificultades para el aprendizaje, su actitud y su comportamiento no favorecían el progreso, presentando un comportamiento disruptivo que molestaba al resto de sus compañeros. De esta forma hablé con la tutora y le pedí si podía encargarme de es alumno de forma más personal, este alumno es uno de los que tenía un PTI y tenía una adaptación curricular rebajada a 4º de primaria para las materias de Lengua y Matemáticas, de tal forma que yo me encargaba de estudiar con él estos contenidos y en el resto de materias seguía las explicaciones de su tutora al igual que el resto de la clase. En este tiempo pude ver lo difícil que es tratar de explicar los contenidos a un alumno que no tiene interés por aprender, y que para despertar la motivación del alumno es necesario conocerle bastante en profundidad, pues cuando apelas a sus gustos verdaderos es mucho más fácil trabajar con él. 

De esta segunda semana no hay mucho más que decir, como ya digo fue un periodo de adaptación y en el que comenzaron a rodar los engranajes que marcarían el resto de mi experiencia en el aula.

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